La previa de un Derbi Vasco en San Mamés

Diez meses ya desde aquel sábado 16 de diciembre del 2017, en el que coincidiendo con mi estancia en Bilbao, estuve fotografiando y grabando la previa del derbi vasco entre el Athletic Club de Bilbao y la Real Sociedad de San Sebastián. Encuentro histórico en el fútbol español, rivalidad sana y ejemplar entre dos equipos que presumen de tener las canteras más prolíficas de España: Lezama y Zubieta.

Bilbao amaneció oscura, imposible saber mirando al cielo un pronóstico del partido, ¿o sí? Resultado: cero a cero. Lo que viene siendo un día en Bilbao, que ni llueve a mares, ni deja de llover, ni para ti, ni para mí, sirimiri. Mientras aún remoloneaba en la cama imaginándome que era yo el que tenía que saltar al verde siete horas después, me preguntaba si todo el mundo estaba al tanto de que ese día había un Derbi Vasco. En el Café de Deusto a eso de las nueve de la mañana ya estaba la bandera del Athletic puesta en la puerta*.

Al estadio asomé con mi antigua Canon 1100D en torno a la una menos cuarto del mediodía, la lluvia era la principal protagonista del día. Mi cámara tenía que sufrir una de sus últimas contiendas frente a la lluvia si quería llevarme algo decente para Periodismo Mochilero. Estuvo diluviando durante dos horas, en las que me refugié en diferentes zonas techadas de la mítica calle del Licenciado Poza, donde los aficionados se reúnen antes y después de los partidos.

La fachada de SOÑAR (segunda foto de la galería) tan característica en las postales de los que visitan San Mamés fue un presagio de cómo cambiaría el tiempo, arcoiris incluido, una hora antes del encuentro. La fraternidad entre ambas aficiones era palpable en los aledaños de La Catedral y un ejemplo a admirar entre rivales que por encima de todo se valoran y respetan.

A media hora para que comenzara, el sol ya sí hizo que el cielo pasara a un segundo plano en el “bocho” (en euskera botxo), como cariñosamente se conoce a la villa de Bilbao. Siento si defraudo a estas alturas, pero no tenía entrada. Cuando comenzó el encuentro volví a casa para disfrutar de un partido que acabó convirtiéndose en siesta. La historia sumó un derbi vasco más para Leones y Txuri-urdines, mientras que servidor se quedó con la sensación de haber podido disfrutar de otra tradición del pueblo vasco. 

*Cuando juega el Athletic, todos los bares de la ciudad sacan la bandera rojiblanca a la puerta, porque es importante que la gente no se olvide que ese día, sea cual sea, juega el Athletic.

A la persona que me dio a conocer el Athletic, mi tío Fernandito.



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