Un relámpago verde para Antequera

[vc_row][vc_column][vc_column_text text_style=»subtitle»]

Dos jóvenes de la localidad comenzaron en marzo a recoger la basura de los senderos, ahora les acompañan más de 50 personas

[/vc_column_text][vc_column_text]En una de sus recogidas llegaron a recoger hasta dos toneladas de basura, más de 70 bolsas, en un sendero que va hacia el Nacimiento de la Villa de Antequera. El origen de las recogidas de Relámpago Verde fue una bolsa de basura encontrada en el río Guadalmedina a su paso por Benahavís. Este grupo de Facebook, creado por dos jóvenes antequeranos, ya lo conforman más de 150 personas que se han ido concienciando sobre la importancia de cuidar la naturaleza de forma activa. Miguel Ángel Muñoz y Lorena González son los fundadores y no esperaban este crecimiento tras reunir a tan solo tres personas en su primera recogida en El Torcal. Allá por donde pasan dejan una huella en forma de cartón: «La basura no habla, pero sí dice muchas cosas de ti».[/vc_column_text][vc_column_text]Al primer evento en el paraje natural de El Torcal fueron tres personas y ahora son más de 50 las que se unen a las recogidas. La edad del grupo es muy variada, con el respeto a la naturaleza como punto en común. “Nos sorprendió que la gente más fastidiada es la que más conciencia tiene, quizá faltan personas de 20 a 30 años”, admite su presidente. La duración de las recogidas es de dos horas y media. En ese tiempo se pueden coger hasta dos toneladas, cifra récord que consiguieron entre el Cerro de San Cristóbal y el Nacimiento de la Villa, lo que suponen entre 70 y 80 bolsas de basura. En otra de sus salidas acumularon 800 kilogramos en una parcela de 500 metros en el Polígono.

Esta idea surgió en uno de sus paseos por la naturaleza. “Cuando nos dimos cuenta de la cantidad de basura que había en la naturaleza fue en un sendero que hicimos por el río Guadalmedina (Benahavís)”, cuenta Lorena González, vicepresidenta de Relámpago Verde. La primera bolsa la puso Miguel Ángel Muñoz, el presidente. “Empecé recogiendo con una bolsa que encontramos en el mismo río, de ahí hasta hoy”. En marzo del año pasado pusieron en marcha su página de Facebook donde organizan todos sus eventos. “Al principio teníamos un poco de miedo porque la gente podía pensar que éramos unos bichos raros y estábamos haciendo algo mal”, cuenta Muñoz.[/vc_column_text][eut_gallery ids=»6260,6259,6258,6256″ columns=»2″ columns_mobile=»3″ hide_image_title=»yes» hide_image_caption=»yes» zoom_effect=»in» overlay_opacity=»0″][/vc_column][vc_column][vc_column_text]El nombre elegido para el proyecto tiene un significado para ambos términos: “El relámpago es lo que suena y se ve, queremos que sean acciones verdaderas, rápidas y no se queden solo en palabras. El verde es de esperanza y de ambiental”, explica la vicepresidenta. Entre sus objetivos está que futuras generaciones puedan disfrutar de la naturaleza tal y como nuestros mayores pudieron hacerlo.

Se definen como una Asociación Medioambiental preocupada por lo más cercano. La importancia de la “basuraleza”, residuos abandonados en entornos naturales, es uno de sus principales argumentos a la hora de concienciar. González explica cómo sintieron la necesidad de crear algo relacionado en Antequera: “Empezamos a ver si la gente se podía ir concienciando y cuando tú recoges te das cuenta de lo que una sola persona puede influir en el medio”.

Son conscientes de que la capacidad de acción del individuo es limitada. “Si la gente se empieza a asociar, empiezan a difundir lo que van haciendo y cala en la sociedad, se logrará modifica la demanda y cambia la forma de actuar de las empresas”, explica Muñoz.

El proyecto abarca más iniciativas como charlas en colegios y colaboraciones con Resurgir Proyecto Hombre. Entre sus planes más cercanos está la creación de una vía verde entre el cerro de San Cristóbal al Nacimiento de la Villa que une la ciudad con El Torcal. Para González “2020 va a ser el año del planeta, que va a haber un cambio verdadero y no se va a quedar solo en palabras”.[/vc_column_text][vc_column_text]Los mayores problemas los han tenido en cotos privados. “Nos hemos dado cuenta de dos cosas, casi todo el monte pertenece a alguien y la cantidad de actividad cinegética, la caza, que hay en los montes”, apunta Muñoz. Lamentan que se respete más la cacería que la recogida o ayuda a la naturaleza.

David, miembro prejubilado y vecino del barrio de San Miguel, ha sacado más de 120 bolsas de basura él solo en la Moraleda. «Esa zona necesita una solución porque por ahí pasa el río de la Villa, los residuos van hacia el polígono y al final acaban en el Guadalhorce», indica González. Tras cada recogida dejan un cartel informativo en la zona que refleja el motivo por el que comenzaron: «La basura no habla, pero sí dice muchas cosas de ti».[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio