Viaje de ida y vuelta China-Euskadi en tiempos de coronavirus

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La santurtziarra Ane Pedrosa ha vivido dos semanas encerrada en un hotel controlado por el Gobierno chino en Shenzhen

Las vacaciones en Camboya por la celebración del año nuevo chino acabaron en dos semanas de cuarentena en un hotel en Shenzhen controlado por el gobierno chino. Entre ambos destinos, un viaje de ida y vuelta entre Hong Kong, Barcelona, Santurtzi, Shanghái y por último, Shenzhen, donde trabaja. Dos meses frenéticos para Ane Pedrosa, natural de Santurtzi, en los que vivió momentos de tensión y miedo en varias fronteras asiáticas debido a la incertidumbre provocada por la COVID-19. “La diferencia es que en China la cuarentena es muchísimo más estricta”, cuenta. El férreo control sigue siendo palpable a través de un código QR necesario para acceder a cualquier lugar público: “Con eso saben dónde has estado y si has estado expuesta al virus”.

Ane, graduada en Ingeniería por la UPV, vive en Shenzhen, una metrópolis china de doce millones y medio de habitantes. Allí trabaja para una empresa de logística.  Su situación cambió mientras estaba en Camboya. En un primer momento le alargaron las vacaciones de año nuevo y acabaron diciéndole que tenía que volver a España para retomar el trabajo desde allí: “Me volví sin nada, con la ropa y documentación que llevaba de vacaciones”. Cuenta cómo la vuelta a España fue complicada, porque existían muchas restricciones.

Pasó un día entero en el aeropuerto buscando vuelos ebido a las restricciones para personas que hubiesen estado en China. “Al final tuve que ir de Camboya a Hong Kong y de ahí a Barcelona con Cathay Pacific, de las pocas aerolíneas que me dejaban volar habiendo estado en China”. En esos momentos, en muchos países muchos países europeos y asiáticos donde no la dejaban entrar. En total, un viaje de 10.000 kilómetros desde Camboya a Santurtzi.

Ya en Santurtzi hizo cuarentena autoimpuesta durante un día. “El Gobierno me dijo que, como no había estado en Hubei, no hacía falta hacerla”. Cuando llevaba más de un mes en casa la llamaron para informarle de que tenía que volver a China: “La verdad es que me lo esperaba porque ya se oían noticias de la mejoría allí y mis amigos empezaban a volver”. En España estuvo del 7 de febrero al 15 de marzo.

Volvía a Asia el fin de semana que se impuso la cuarentena aquí. En su viaje de vuelta otra vez reinaba la incertidumbre: “Tenía un vuelo a Hong Kong y después pensaba cruzar la frontera en taxi, pero en ese momento pusieron restricciones para gente de Euskadi, Madrid y La Rioja”.  Buscó vuelos directos a Shenzhen, pero había escasez de nuevo por las restricciones en Europa: “Al final, me decidí por el de Hong Kong, porque sabía que si no, no iba poder salir de España en un tiempo”. La decisión la tomó el día antes de volar.

La odisea continuaba al llegar a Hong Kong. “Llegué y no me dejaron cruzar a Shenzhen, si entraba en el país tenía que hacer cuarentena allí”.  Ane tuvo que coger un avión a Shanghai y recorrer 1.200 kilómetros, cuando la distancia entre Hong Kong y Shenzhen es de tan solo 30 kilómetros.

Una vez en Shenzhen, hizo cuarentena durante dos semanas (del 17 al 31 de marzo) en un hotel controlado por el gobierno chino. “Pasé miedo, sobre todo de que impusieran más medidas además de la cuarentena, porque mientras la pasaba las normas seguían cambiando y había muchísima incertidumbre para la gente que venía de fuera”. La comunicación a través de internet con la familia y el trabajo eran su distracción. No podía salir de su habitación bajo ningún concepto y todos los días le tomaban la temperatura por la mañana y por la tarde.

El control del gobierno sobre la población china es total. “Para entrar en todos los sitios públicos tienes que escanear un código QR, con eso saben dónde has estado y si has tenido contacto con el virus”, cuenta Ane. La principal diferencia entre España y China que ve la santurtziarra es que allí se es mucho más estricto que aquí.

Ya ha vuelto a su trabajo en Shenzhen con normalidad, pero todavía tiene reciente la odisea que pasó durante esta pandemia que ahora acecha a todos los países, mientras en China van recuperando la normalidad.[/vc_column_text][eut_quote]Pasé miedo sobre todo de que impusieran más medidas aparte de la cuarentena[/eut_quote][eut_quote]La diferencia es que en China la cuarentena es mucho más estricta[/eut_quote][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][eut_single_image image=»6209″][/vc_column][/vc_row]

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